Pintar al óleo es una experiencia liberadora, casi no importa que lo hagas bien o mal, lo divertido y excitante de la experiencia trasciende del resultado. Puedes a través de un lienzo, expresar tus sentimientos y proyectar tus necesidades, en general todo acto de creación parece tener ese efecto que yo llamo liberador, ya que, desde el vacío, desde la aparente nada de la tela, un universo infinito de combinaciones y posibilidades están esperando a ser proyectadas. No es más que una historia que le cuentas al mundo, desde tu mundo. Eso te permite elegir no solo la temática que vas a abordar, sino también las formas, los colores y los matices, todo en tal sentido es libertad, y la libertad en el mundo tal como lo concebimos masivamente es un bien escaso. Creo que el motivo que eliges, no debe proceder del plano racional, si sometes a la criba mental demasiado lo que vas a pintar, el proceso pierde cierta magia, pues impera la necesidad perfeccionista de reflejar con exactitud lo que quieres. Más bien sería dejar que el pincel, en cierta medida, te lleve a reflejar aquella criatura germinal en tu interior. Puede ser que la criatura que terminas pariendo no sea tan redonda, o tan bella o tan amarilla como originalmente tenías previsto y quizás eso dota al proceso de vida propia. Hay que dejar sorprenderse por el resultado creativo, de no ser así, casi no merecería la pena el propio esfuerzo creador, ya que si sólo buscamos la belleza estética del resultado, nos perdemos otros valores, o reflejos de las realidades coexistentes en la vida, que a veces no son espectaculares estéticamente hablando, pero son interesantes tanto para el que les ha dado a luz, como para un tercer observador. Así una vez ( o mas de una ) he pintado cuadros que podrían ser definidos como feos, pero uno de ellos evocó a cierto observador un comentario que me llenó de gratitud, ya que dijo : "este cuadro está lleno de sentimiento" y fue un momento para mí verdaderamente dichoso.
Tratando de expresar cosas que nos pasan cotidianamente, desde un punto de vista cordial.
domingo, 10 de noviembre de 2013
martes, 29 de octubre de 2013
Delfines
martes, 26 de marzo de 2013
El calorcito en el corazón...
Ahora cuando sales a la guerra en el día a día es mucho mas difícil encender esos motores, temes ser herido. Ahora es cuando estimas y anhelas esa vuelta a la infancia, donde jugabas y a base de caídas y golpes aprendías a curar heridas, que no dolían tanto porque eran mas superficiales, porque no conocías el alcance de las mismas,o simplemente la ilusión te hacia levantarte una y otra vez y volver y volver a jugar.
Estimo mucho esos tiempos de libertad y cada vez que puedo (y puedo muchas mas veces de las que soy consciente) vuelvo a encender el corazón aguantando el pinchazo en el estómago, porque eso es vida, eso es pureza y si bien es cierto que el calorcito en el corazón es interrumpido una y otra vez por la soberana mamá mente, ya me encargaré yo de limpiar los cristales del espejo mental para que dejen paso a la verdad suprema del corazón con sus bondades.
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