miércoles, 26 de marzo de 2014

Volar con alas propias.


A través de la puerta de mi habitación el cristal, a través del cristal la ventana y por la ventana un inmenso azul y al atravesarlo visualmente un barco que al ser cruzado da paso al horizonte. La observación de esa secuencia ha evocado en mí, el deseo de volar y la percepción de que vuelo. Planeando podría llegar lejos, realmente se podría volar sin rumbo, disfrutando de múltiples piruetas y desplazamientos en lateral, jugando con el viento y dejándose tocar por él. Si algo puedo percibir de este experimento es la sensación de libertad y la libertad misma....bienvenida sea esta experiencia.



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